domingo, 15 de marzo de 2015

Espejos del alma


Caras que ríen, cantan, gritan, sufren, resoplan, caras que se abstraen del cansancio y del dolor con la música de sus auriculares o que recargan su ánimo con los gritos que les empujan a la meta. Un año más Barcelona se tiñe de colores, emociones, ambiciones y determinación, la de los valientes que afrontan una carrera de larga distancia como la maratón.


Un mar de almas, jóvenes y menos jóvenes, respirando intensamente y con la motivación de llegar hasta sus metas. Veo cuerpos concienzudamente preparados y físicos menos dotados pero con determinación inasequible al desaliento. Cada rostro evoca una historia, cada mirada un motivo. Hombres y mujeres venidos de todas partes pero con un mismo destino. Saben que están haciendo algo grande y sufren para disfrutar por conseguirlo. Todos afrontan un reto mayúsculo, correr más de 42 km. emulando a Filípides, pero en la expresión de esos rostros al pasar, intuyo historias de crecimiento personal, retos para afrontar adversidades, veo promesas, ambición y valentía para enfrentarse a sus miedos, veo miradas generosas y trabajo en equipo. Veo personas que se mueven siempre hacia delante, gente que vive intensamente y se esfuerza por superarse. Aplaudimos y animamos a rabiar hasta que se nos hinchan las manos. Calor y decibelios para llevarles en volandas en sus últimos kilómetros. Momento de máxima emoción cuando aparece la imponente escuadra blanquirroja de @correambmi. Los hermanos Muñoz y todo el equipazo de atletas solidarios que corren con propósito y sentido: ayudar a personas de alta discapacidad física y psíquica. Hoy empujan 13 sillas de los que no pueden correr pero son motor con sus sonrisas y orgullo por hacer algo grande . El equipo de casi 50 atletas entra majestuosamente en bloque mientras miles de gritos y aplausos se suman a su gesta. Los suyos les esperan en la meta y lágrimas de emoción son sus medallas. Lo han hecho una vez más, son ya muchos y van juntos a por un mismo objetivo.


El equipo @correambmi nos ha mostrado el camino: cuando las personas trabajamos en equipo por algo que valga la pena, brota lo mejor de todos para llevarnos más allá. El Centre Ocupacional Ciutat Vella (SCCL) http://bit.ly/1NY0Q9s tendrá ahora algo más de recursos para seguir mejorando la calidad de vida de todas las personas que atienden. El equipo @correambmi y todos los que les apoyamos y admiramos tienen ahora otro motivo para sentirse orgullosos de hacer cosas que valen la pena.

Te animas a sumar con nosotros ? Mi Grano de Arena: Corre Amb Mi


domingo, 22 de febrero de 2015

El cofre del tesoro

Somos como nos vemos o somos como nos ven ? Sabemos de qué tenemos fama y honramos nuestros valores positivos y autenticidad ? Tenemos clara una visión inspiradora que guíe todas nuestras acciones ? Sabemos en qué somos únicos y lo comunicamos transmitiendo nuestra esencia ? Alimentamos al sr. Google de forma adecuada para que nos saque siempre en su portada ?
No respondais ahora, hacedlo después de reflexionar y trabajar como merece  vuestra marca personal.
He tenido el privilegio de compartir dos días con el equipo de SoyMiMarca ampliando conciencia y explorando el potencial de definir una marca propia para dejar huella. Con ellos he aprendido la importancia de no quedarnos en lo superficial.
En la era de las redes sociales, los variados y atractivos altavoces digitales y nuestro ego y ambición de crecer y trascender pueden desviarnos de lo fundamental: descubrirnos y reconocernos cuanto antes para conectar con nuestra esencia y proyectarla al mundo aportando valor de forma única. Todos deberíamos invertir en nosotros en el momento oportuno para descubrirnos a tiempo y hacer que el mundo descubra nuestra mejor versión.
Toca conectar con nuestros valores, talentos y pasiones para definirnos y capturar de los demás lo que transmitimos, no sólo lo que decimos. Toca escuchar para entender, conocer y reconocer. Toca pensar en grande, no sólo en nuestro entorno actual, nuestros clientes actuales y potenciales, sino en nuestra contribución al mundo, nuestros sueños, el legado a nuestros hijos, los valores que queremos honrar. Toca ahondar en nuestras más altas (y a menudo demasiado íntimas) aspiraciones, reabriendo el cofre del tesoro cuyas joyas debemos ahora sacar a relucir.

Para destacar ante una audiencia, un micrófono, un post en blanco o un tweet matutino necesitamos ser plenamente conscientes de lo que proyectamos. Nuestra imagen dice mucho de nosotros: una foto, un video, un gesto, una palabra, una corbata (o la ausencia de ella) son algunas de las piezas del puzzle que conforman lo que somos y que conviene difundir de forma coherente a nuestra personalidad e intención.
Las redes ponen el mundo a nuestro alcance y nos ofrecen un arsenal de herramientas para expandir y monitorizar nuestra identidad digital, pero de nada sirve un potente y activo canal de distribución si nuestro servicio no es claro, valioso y diferencial. Recordemos que nuestra comunicación pretende capturar la atención y el tiempo ajeno, el recurso más valioso, en una jungla de información e interacciones humanas, hagámoslo pues desde la pericia, el respeto, la autenticidad y la vocación de aportar valor. Seamos también tácticos y eficientes: en las redes sociales no es posible ser omnipresente, pero sí conviene estar presente, ser consciente, selectivo y eficaz.

Tenemos un montón de preguntas que hacernos y deberes por hacer. Definir una marca personal en sentido amplio es una buena manera de (re)descubrir quiénes somos, hacia dónde vamos, qué podemos ofrecer a los demás, qué huella queremos dejarles y dónde pueden encontrarnos como opción preferente. 
Es hora de hacer los deberes

viernes, 13 de febrero de 2015

A propósito de Pablo


El mundo exterior hacía ya mucho tiempo que era un sistema complejo, en el que la incertidumbre bailaba tangos con la presión. El sector en el que competía la empresa tampoco pasaba precisamente por su mejor momento y por si fuera poco, y ya entre las cuatro paredes acristaladas de aquel edificio de oficinas, la política y el vanity management tenían más protagonismo del asumible.


En este delicioso contexto se encontraban aquella noche Francisco y su equipo. Francisco, Paco para los suyos, era un tipo de mediana edad con más quilos y menos pelo de los que aceptaba reconocer. Tenía una larga carrera financiera a sus espaldas y fama de buen jefe y estaba deseoso aquella noche de acabar pronto aquel informe antes de que éste, acabara con él y con la moral de los suyos.
Su equipo, una equilibrada mezcla de savia nueva y vieja guardia, se debatía una vez más aquel viernes con el temido reporting trimestral que debía presentarse el lunes, entre oscuros nubarrones, en la reunión del comité en la central.
Por si no era poco reto haber tenido esta vez 3 días menos por un inesperado adelanto de fechas, la impresora no tenía aquella noche su mejor día y vomitaba textos, cifras y gráficos con desesperante intermitencia.
Cristina, la más veterana del lugar, redactaba la memoria a regañadientes maldiciendo a Jobs, Gates, Hewlett, Packard y a la madre que los concibió a todos por no haber sido capaces de inventar sistemas infalibles que no entorpecieran su carrera contra el tiempo.
Manuel, el socarrón analista que solía animar el cotarro con sus chistes malos, miraba esta vez en silencio y de reojo el reloj temiendo perderse una vez más el campeonato de karate de su hijo. El golpe moral que le asestaba su ex con la mirada cuando aparecía a las tantas era más doloroso que una llave de cinturón negro.
Luisa, por su parte, una resuelta ex consultora que había embarcado una año atrás decidida a hacer carrera, se esmeraba en revisar por enésima vez y con detalle los resultados mientras empezaba a pensar en actualizar pronto su CV y buscar nuevos horizontes.
Y finalmente Pablo, un joven veinteañero de casi 2 metros de altura, amante del básquet que se había incorporado hacía pocas semanas y que aquella noche convertía las mediocres noticias financieras en coloridos gráficos de agridulce pastel.
El desánimo flotaba en el ambiente. Además de algunas conversaciones pendientes y la hora intempestiva, las cifras no eran, un trimestre más, muy esperanzadoras y  los nubarrones sobre la temida reestructuración rumoreada desde la central se cernían demasiado cerca de su departamento.
Cuando el reloj ya pasaba largamente de las 9 de la noche y Paco, con aire más paternalista que resuelto se esforzaba con poco éxito en animar a los suyos a completar la tarea a tiempo , una frase entre dientes de Cristina resonó como un altavoz en toda la planta, la única iluminada del edificio a aquellas horas.

- "Si es que no sé para qué demonios estamos aún aquí" espetó Cristina

- "Pues para enviar a tiempo los dichosos numeritos que es posible que me cuesten el puesto y que es seguro que me costarán otro cabreo con mi ex", replicó Manuel

Paco intervino para apaciguar los ánimos:

- "Vamos a ver equipo, ya hemos vivido esto otras veces, que tal si nos concentramos en lo nuestro y en menos de una hora todo el mundo a casa ? lo que pase el lunes no es cosa nuestra y lo que sí podemos hacer es nuestro trabajo bien una vez más".

- "Lo sacaremos como siempre Paco", replicó Luisa, "pero yo también me pregunto a veces si alguien más sabe o le importa lo que nos toca hacer cada tres meses cuando no nos dan ni el tiempo suficiente ni medios apropiados".

La puntilla de Luisa, fiel escudera de Paco, fue directa a la línea de flotación.
Paco miró a los ojos de los suyos para tantear los ánimos y cuando las dudas sobre sus recursos para reconducir el rumbo empezaban a asaltarle, el joven Pablo levantó (aún más si es que eso era posible) su cabeza y soltó con parsimonia:

"Estamos aquí para hacer posible un imposible"

Las miradas se cruzaron entre sí con desconcierto y sorpresa.

- "Quiero decir..." siguió Pablo....

- "llevo aquí pocas semanas y casi todo lo que escucho parece que está en nuestra contra. Cuando hablo con otros compañeros y les menciono lo del informe trimestral me miran no sé si con lástima o con alivio de no estar hoy aquí en esta sala. Todo el mundo se compadece de su suerte y parece que se centra más en lo negativo y en lo que pueda pasar que en lo que deben hacer y eso compañeros, eso no va conmigo. No sé vosotros pero yo os aseguro que voy a hacer unos gráficos cojonudos y que me voy a ir a mi casa hoy con una sonrisa de oreja a oreja. Mañana es mi cumpleaños y pienso celebrarlo con la sensación de haber hecho el último tiro sobre la bocina, aunque este fuera mi último partido en esta empresa".

Los siguientes 5 segundos fueron los más largos de la noche. Paco no podía estar más orgulloso de escuchar aquello. Aquel chaval acababa de darle la asistencia que necesitaba.

- "Así se habla Pablo. Vamos equipo ! no nos vendremos abajo ahora verdad ?. Acabaremos esto bien y como siempre, porque somos los únicos que podemos hacerlo y porque ahora mismo no hay nadie más importante que nosotros en esta sala. No podemos hacer nada con lo que pueda pasar a partir del lunes, pero sí podemos terminar hoy una vez más un informe impecable y a tiempo, a pesar de las dificultades. Yo no me rindo a estas alturas. Vamos a rematar a la jugada de una vez y nos iremos a casa con los deberes hechos. El lunes os prometo que pase lo que pase en la central, lo celebraremos como merecemos, estamos o no estamos ?"

La respuesta no fue un "estamos!" al  unísono, como la del equipo saliendo a la cancha tras la arenga de su entrenador, pero aquellas cuatro personas tan distintas, con perfiles, emociones y ambiciones tan distantes hacía unos minutos, se centraron de nuevo cada uno en lo suyo, trabajando juntos para completar un imposible un trimestre más, con la mente en productivo y un brillo común en la mirada.
El compromiso y el orgullo por un trabajo bien hecho les llevarían aún muchos trimestres más allá.

sábado, 7 de febrero de 2015

Actos reflejos


Un espejo. Uno grande que preside el recibidor de mi casa. Uno con vidas pasadas y miles de imágenes albergadas en su retina plateada. Ese que me ve salir temprano por la mañana, a menudo a horas intempestivas, cómplice en mis silencios. Ese espejo que me escucha subir por la escalera al final del día mientras contempla a mi hija bailando ensimismada con sus cascos en sus videoclips de fantasía.
Ese que devuelve la mirada a mi mujer cuando se ajusta la bufanda antes de salir de casa y que captura la imagen de mi hijo, agotado y feliz, guitarra en ristre, volviendo tarde de sus ensayos en grupo.
Ese espejo que me ha visto crecer y que es testigo de nuestras prisas y nuestras pausas, cuánto nos diría si nos pudiera hablar...Con todo lo que mira y sabe, cuántas preguntas nos podría regalar...



Párate un momento hoy y mírate ...qué ves ?
Cómo te sientes y qué te dice eso de ti ?
Qué crees que te está faltando ? o qué te está sobrando ?
Qué podrías hacer que no estés haciendo ?
Y dónde te llevaría eso ? cómo te sentirías si lo hicieras ?
Cuál de tus valores fundamentales te ayudaría ?
qué es lo más importante para ti ?
visto así, qué deberías hacer y cómo te sentirás después ?
y cómo y cuándo lo harás ? cómo sabrás qué lo has resuelto ?
te veré y te verás esta noche cuando vuelvas ?

Que tengas un gran día ! y recuerda, cada mañana tienes una nueva oportunidad de ser tu mejor tú.