viernes, 3 de julio de 2009

Somos gallegos !

Viernes 3 de la tarde en el puerto olímpico de Barcelona. Muchos restaurantes semivacíos, un calor que abrasa y pocos guiris por pescar. En el paseíllo hacía nuestro objetivo declinamos con elegancia las ofertas de un par o tres de "cazaclientes" que armados con carta en mano y sonrisa de oreja a oreja, nos destilan en 7 segundos las bondades insuperables de su local. De pronto, un morenísimo e inequívoco magrebí, en la puerta de uno de los locales nos espeta con un claro acento marroquí: "tienen hambre señores ? no lo duden ! somos gallegos !". Acto seguido, una risa con sorna suena detrás de mí. Sin duda el simpático empleado tiene de gallego lo que yo de bielorruso pero me da que pensar en lo interesante de reforzar el origen de la cocina del lugar a la vista del aspecto de la mayoría de los que la crean y sirven. Estoy seguro de que hubieramos comido un lacón con grelos insuperable, rodeado de clientes guiris y eficientes camareros de medio mundo, pero finalmente optamos por explorar un restaurante oriental de reciente apertura. Lejos de encontrar allí a todos los camareros de Vic, Torroella u Olot está claro que así como en los 70 y 80, gallegos y andaluces copaban la mayor parte de los puestos de trabajo en el ramo de la hostelería, hoy en día es poco habitual que te sirva un plato alguien que haya nacido a menos de 1000 km. de donde te encuentras. En cualquier caso, es un síntoma más de globalidad y si nuestro simpático maitre de Casablanca es eficiente al grito de "somos gallegos" yo voto por él y por todos los que han sido valientes para buscarse las habichuelas muy lejos de sus casas y de sus familias superando miserias y agravios como lo hicieron quizá nuestros padres y abuelos en Alemania, Francia o Argentina no hace tantas décadas.
Yo valoro cien veces más un servicio profesional de acento lejano que un desprecio nacional.

Joan Clotet

viernes, 12 de junio de 2009

De Lacoste a Low cost

Estamos apunto de "celebrar" el aniversario de la tan manida crisis que nos "sorprendió" hace casi un año y nos ha "deleitado" durante los últimos meses en empresas, periódicos, comercios y ascensores, sustituyendo (en éstos últimos) al clima como conversación estrella. Sólo los éxitos e imagen de nuestro querido Barça por estos lares, han aliviado tanto pesimismo. Casi un año más tarde del "boom", entramos ahora en una interesante etapa para todo consumidor que se precie: las vacaciones. Un período en que hacemos un paréntesis de nuestra realidad para dedicarnos intensamente, si podemos y queremos, a todo aquello que durante el año nos está más vetado. Los amigos lejanos, los viajes o las experiencias vitales (sin reloj) más restringidas a los que (afortunadamente) trabajamos la mayor parte de nuestro tiempo, toman por unas semanas mayor protagonismo.
En los próximos meses no obstante todo esto tiene este año un problema adicional, además de tiempo (gratis y nunca suficientemente valorado) necesitamos dinero. Para los afortunados que disponen de una paga doble (porque conservan su trabajo) para poder malgastar sin remordimiento, este aspecto es un mal menor. Pero para todos aquellos que ven en sus vacaciones un perfecto escaparate en el que satisfacer hasta la saciedad sus necesidades vitales y sociales, éste será un verano distinto. Quizá ese viaje exótico deberá buscar otro destino más doméstico y asumible. Quizá habrá que convencer a los niños que el parque de la Warner en Madrid es tan bueno como el de Orlando. Quizá ese restaurante exclusivo se convertirá en espejismo o será siempre una segunda opción. Quizá el vestuario de esta temporada será básicamente el de la pasada temporada (que habrá pasado forzosamente a ser atemporal). Quizá los paseos por el campo de golf deberán sustituirse por otros campos menos sofisticados, agujereados y sostenibles.
Quizá en definitiva, estos compulsivos consumistas decidirán pasar sus vacaciones de acuerdo a sus posibilidades reales y empezarán con su actitud a resolver parte del problema en que nos meten los que gastan lo que no tienen, compran lo que no ven y venden lo que nunca cobrarán.


Joan Clotet

domingo, 15 de febrero de 2009

Homo Runner





Buenos días "Homo Runner" ... qué haces ya despierto y corriendo sólo de madrugada? A dónde llegas tarde? Quién te espera? ¿De qué huyes? Dónde te llevan hoy tus videoclips mentales? Ya sabes que la vida no es más o menos larga en función de la velocidad a la que la vives ?

Es muy sencillo amigo ... huyo cada mañana de la calidez de mi cama para encontrarme con otros "runners" y despertar con una brisa fresca en la cara. A los pocos minutos, es el camino el que se mueve bajo nuestros pies y el paisaje el que se desplaza a nuestros lados dándonos los buenos días. El reto y la ilusión nos llevan más lejos y más rápido cada día, aunque los "isquios" y los tendones nos recuerdan a menudo que somos humanos. Quiero ser el primero en ver salir el sol, quiero sentir mi corazón a 80 pulsaciones (en reposo tengo 40), quiero sentir la recompensa del esfuerzo, saber que todavía puedo, quiero llegar a casa y despertar a mis hijos con una sonrisa y la satisfacción de los deberes hechos de buena mañana. Disfruto de ser más fuerte que ayer y sufro para serlo más mañana. Las tribus que hace miles de años corrían para cazar o combatir al enemigo somos ahora los amigos que salimos de madrugada a cazar sueños y a combatir el sedentarismo prolongando de una juventud que se nos escapa. Con el tiempo y la experiencia nos hemos hecho más tácticos y disfrutamos más del camino y las etapas que de las metas y los retos imposibles.
Yo ya no lucho contra el crono ni persigo grandes marcas porque mis metas no se miden en segundos sino en latidos, en sudor, en orgullo, en superación personal y en solidaridad.
Los que somos como yo no hacemos deporte unas horas al día sino que vivimos la mayor parte del tiempo a cámara lenta para volver a ser nosotros mismos cada mañana al salir el sol.

Yo ya no puedo seguirte "Homo Runner" ... mis piernas ya no dan para más, pero sí seguiré tu inspiración y compartiré tus sensaciones. Quizás nos encontremos un día, disfrutando a otro ritmo de esta prueba de fondo que es la vida, viendo a otros "Homo Runners" que seguro nos ganarán en juventud, velocidad y resistencia  pero que sólo podrán igualarnos en la determinación y el orgullo de sentirnos intensamente vivos cada amanecer.