lunes, 8 de agosto de 2011

Deporte y superación




Ayer celebramos la primera edición de la carrera de la Platja de Pals en favor de la causa Corre por tus venas, impulsada por mi amigo Pablo Pluvinet y organizada por la Associació Turística de Pals. Un gran éxito de participación gracias a una voluntariosa organización que trabajó para que todos disfrutáramos de una jornada festiva que seguro será nueva referencia deportiva del verano ampurdanés.
Proactividad, trabajo en equipo, esfuerzo, generosidad, participación, amistad, celebración...todos conocemos muchas de las sensaciones y valores que van asociados a este tipo de pruebas y al deporte en general. Una recarga de energía colectiva a la que muchos nos sentimos atraídos aunque sólo sea una vez al año.
De todas las sensaciones e imágenes que nos quedan en la cámara y para el recuerdo yo me quedo particularmente con dos. Primero la de Biel y Xavi. Biel, que ya peinando canas se ha iniciado en este deporte y nos cuenta con orgullo las sensaciones de su primera maratón en Barcelona, ayuda por unos momentos a Xavi, atl

eta discapacitado que con su bici adaptada supera a muchos de nosotros en voluntad y espíritu de superación. Ver el esfuerzo solidario en otros hace que nos demos cuenta una vez más de que casi siempre es posible ir más allá de nuestros límites con la motivación adecuada y la ayuda de los nuestros. También me quedo con la imagen de los niños. La carrera para los más pequeños es el mejor ejemplo de sensaciones a flor de piel, de ilusión en la mirada, de reto, de dar lo mejor de cada uno y vivir al máximo la emoción de cada momento. Sensaciones que nunca con el tiempo deberíamos perder.
En la llegada nos espera un refrigerio, el cariño de los nuestros, premios para los mejores y regalos para los más afortunados. Una jornada memorable para todos los que la disfrutamos y una lección más de superación personal a cargo de aquellos personajes anónimos, grandes y pequeños, que nos inspiran con su esfuerzo a superar los mayores retos.




domingo, 6 de febrero de 2011

Cuarentones

Cena ritual de amigos cuarentones. Ha pasado un año desde la última vez pero ahí están, fieles a su cita. Algún kilo de más, algún pelo de menos y dudas y anhelos de futuro tan nuevos o tan viejos como la última vez que compartieron mantel. El comercial ambicioso a quien el mercado no responde, el directivo desmotivado por un sector que hace tiempo que le es ajeno, el freelance que se debate entre la libertad y su hipoteca, el gurú con solución para todo y para todos menos para sí mismo…
La conversación, como cada año, entre ironías y recuerdos infantiles de un pasado común en blanco y negro, deriva hacia sus nortes profesionales y proyectos y vacíos de futuro. En la conversación se debate sobre la crisis, los jefes despiadados, los empleados desmotivados, la falta de estabilidad de los puestos de trabajo y la de estrategia y coherencia de las mejores empresas, … en el fondo todo son quejas y análisis sobre factores externos dado que ninguno pone sobre la mesa en ningún momento si ha sido suficientemente crítico o ambicioso este año o si se ha focalizado suficientemente en sus objetivos si es que alguna vez ha llegado a tenerlos formalizados, sentirlos como propios y orientar su esfuerzo hacia ellos.
Necesitamos sentirnos parte de la tribu para compartir nuestras dudas y también nuestros ánimos, nos reconforta pensar que no somos únicos, agradecemos compartir criterios con aquellos cuya opinión respetamos y nos estimulan aquellos que provocan nuestra aletargada conciencia. Pero en el fondo, después de una buena cena, un botella de vino y unas cuantas risas,  sabemos que el lunes estaremos de nuevo sólos frente a nuestra pantalla, nuestros equipos y colaboradores, nuestros clientes, nuestros equipos, nuestros retos y especialmente frente a nosotros mismos. No hay mejor regalo que la opinión sincera de quienes mejor nos conocen ni mejor inversión hacia la superación que una introspección valiente y sincera. Inspírate en los mejores, aprende de los errores ajenos y especialmente comprométete contigo mismo. En tu próxima reunión anual con tus amigos tendrás mucho que aportar

domingo, 23 de enero de 2011

Somos y seremos

Tengo un hijo adolescente al que le toca ahora empezar a decidir como deberá seguir sus estudios, de acuerdo a sus motivaciones y capacidades. Interesante elección.
Somos lo que somos, y eso no significa lo que queremos ser y menos aún lo que la sociedad y el mercado nos dejarán demostrar. He conocido bomberos que son cantantes y abogados que realmente son guías de viaje, he visto a médicos ganándose la vida como electricistas y a filólogos barrer calles. Un mundo global y los movimientos laborales y migratorios nos obligan a pensar de un modo distinto al de generaciones anteriores. Cuando empezamos a estudiar, nuestras ambiciones se limitan o amplian,  de la mano del conocimiento y nuestros maestros de referencia, en la escuela y en la vida. Luego nos damos cuenta (nos ayudan a ello) que no todos servimos para todo y que además, tampoco todos tendremos trabajo en función de nuestras juveniles ilusiones o nuestra experiencia acumulada. De ahí que el mundo no esté saturado de veterinarios, astronautas, cantantes y futbolistas de éxito.
Cuando llega el momento de tomar decisiones, buscar oportunidades o cambiar de rumbo, hay que buscar el equilibrio entre querer, poder y ser pagado por ello. Una persona motivada para formarse, para trabajar y para dar lo mejor de sí en lo que realmente le gusta, es quizá el mejor punto de partida, aunque además de formación y ambición, será necesario ser amplio de miras y atreverse a probar, a viajar, a arriesgar y a invertir.
Nuestros hijos tienen que formarse para ser capaces y competitivos en trabajos que aún no existen. Más allá de consejos conservadores basados en valores y en referentes empresariales más propios del pasado, a nuestros hijos debemos ayudarles a descubrirse cuanto antes a sí mismos y a invertir su tiempo en intentar ser buenos (si no los mejores) en perseguir sus sus sueños. Nuestro deber como padres es ayudarles a encontrar su camino, darles oportunidades para explorar y formación (académica y vital) para no limitarse en sus opciones y poder reducir la distancia entre lo que son, quieren ser, podrán ser y serán.

Joan Clotet